La comunicación: escuchar lo que significa compasión, empatía, diálogo, reflexión.

Claudia Sogamoso - 21 06 16

La receta de una buena comunicación se basa en crear una buena mezcla de distintos ingredientes. Lo necesario para conversar y saber escuchar parte siempre de lo que uno hace, a lo que debemos añadir 4 componentes esenciales:

Compasión. Es parte de nuestra naturaleza. No se trata de sentir lástima por el prójimo desde una posición de cierta desigualdad, sino de compartir nuestros sentimientos afines. De tú a tú. De igual a igual. Asumir el compromiso y la pasión del otro es ser partícipe de vivencias y experiencias que motivan la comunicación y el diálogo con los que nos rodean. La compasión es más que ofrecer respuestas o animar al de al lado, es cuestión de ofrecer un diálogo óptimo. La sensación de pertenencia a un mismo lenguaje y con un sentimiento de confianza implícito.

Empatía. Capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. Resulta sencillo decirlo, pero la práctica es más compleja que resolver problemas con consejos o recomendaciones. Se trata de respetar el lugar desde donde nos habla la otra persona y entendiendo su situación. El apoyo al otro, como si estuviese pasándote a ti mismo. La empatía se centra en la emoción, no juzga y escucha tanto los sentimientos como las emociones que nos llevan al entendimiento y la comprensión.

Diálogo. Las conversaciones inspiran a las personas a potenciar la comunicación efectiva y sincera. Nos permite abrir campos de opinión contrarias a nuestra propia forma de ser, de forma que los valores y las visiones ajenas se convierten en un aprendizaje rico para tu propia existencia.

Reflexión. Desde el punto de vista más académico / técnico de la disciplina psicológica, la reflexión no debe interpretarse como una solución, sino como una herramienta esencial que nos ayuda a madurar las decisiones de nuestro día a día. Los caminos que tomamos son largos senderos inexplorados, de forma que debemos pensar: ¿qué queremos conseguir? o ¿a dónde queremos llegar?. Las decisiones son la materia prima que nutre nuestra personalidad y nos lleva de una forma u otra a crecer como personas y aprender de la comunicación con los demás. Es por esto que la reflexión debe ser tanto individual como colectiva, ya que al ponernos en la piel del otro (en alusión a la empatía) podemos ser más objetivos en la toma de decisiones más sensibles.

En definitiva, lo esencial de nuestra formación como seres naturales y con poder de comunicación es la creación de una identidad propia, que conecte con los demás. Con la suma de los distintos ingredientes que hemos mencionado, el diálogo con nuestra red de contactos debe tener la versatilidad idónea para comprender dos mensajes: por un lado, lo que nosotros queremos ser o representar; y por otro, saber ponernos en el lugar del otro.

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