El poder del aquí y el ahora
¿Quién soy?
La necesidad de guardar un tiempo determinado para pensar en nosotros mismos nos hace reflexionar y preguntarnos: ¿quién soy hoy?
Nos movemos en una constante vorágine de actividad tanto laboral como personal, viendo las horas pasar; luego los días e incluso los meses. Somos capaces de mirar hacia el futuro y ver qué es lo que queremos realizar para obtener nuestra felicidad, pero, ¿sabemos qué hacer hoy? Tal y como escuché una vez de las palabras de Eckhart Tolle, «Primero debemos estar aquí. Esta necesidad surge de la fuerza del momento presente». Con este paradigma nos paramos a pensar, «entonces, ¿qué es lo que debo hacer para vivir el presente sin preocuparme en el futuro?».
Lo primordial es el autoconocimiento; esto es, dejar a un lado el ruido de fuera para centrarnos en vivir nuestro día a día. Para ello existen numerosas técnicas que nos puede guiar, como el yoga; practicar mindfulness, la meditación o incluso el jogging. Todas estas actividades tienen en común su implacable capacidad para hacer reflexionar y evadirnos de los problemas externos durante un tiempo determinado. Con ello, conseguiremos dar un giro de 180º para poder enfocar nuestros esfuerzos en el ahora.
¿Cómo mantenernos en el ahora?
Para llevar este proceso adelante, debemos ser conscientes de determinadas pautas o principios que son la base sólida de nuestra conciencia
Todo nace en uno mismo. Por mucho esfuerzo que busquemos de una fuente externa, somos nosotros los que debemos ser conscientes de nuestra voluntad. De nada sirve si nosotros no asumimos la responsabilidad de lo que deseamos para nosotros mismos; esto es, debemos estar al tanto de nuestra capacidad interior para hacer lo que queremos en el presente.
Nos alejamos del ruido de fuera. En la mayoría de ocasiones, los protagonistas de nuestros pensamientos o situaciones son las opiniones de los demás y todas las influencias que recibimos constantemente del mundo exterior. Estos agentes influyen de manera primordial en nuestras sensaciones, eclipsando incluso nuestras emociones positivas por sentimientos negativos.
Aceptemos la realidad. Lo que somos, cómo nos sentimos y de quién nos rodeamos nos produce alegría, tristeza, frustración o incluso miedo. Para dar el primer paso debemos tomar consciencia de esta realidad que se planta bajo nuestros pies. Como vemos, todo lo que nos rodea influye, de una manera u otra, en nuestro ser; es por esto que debemos saber quiénes somos en este precioso instante. Nuestro trabajo, nuestra pareja, la relación que tenemos con nuestra familia y/o amigos, el ambiente que vivimos en casa al regresar del trabajo… En definitiva: conocer nuestro yo actual.
El primer paso es el presente. Cuando pensamos en quiénes somos actualmente nos puede producir temor o vértigo saber que hay situaciones (personales o laborales) que debemos tener en cuenta de cara a un futuro. Es inevitable pensar en ello, pero en este momento solo nos nubla nuestro principio absoluto: empezar por el ahora. Sí que tenemos que tener en cuenta nuestro yo de cara a un futuro próximo.
Los cambios nos hacen crecer
“El secreto de la salud, mental y corporal está en no lamentarse por el pasado, preocuparse por el futuro, ni adelantarse a los problemas, sino vivir sabia y seriamente el ahora”. Proverbio chino.
Sobre todo, sonríe. Cada día está lleno de posibilidades infinitas y el conocernos aquí y ahora es sinónimo de encontrar la felicidad actual. Nuestro estado de ánimo optimista nos ayudará a descubrir el camino para empezar a conocernos y andar en la dirección correcta.
Lo más importante, que no te preocupen los cambios. La constante circulación de situaciones, vivencias y experiencias, tanto propias como externas, nos producirá una sensación de miedo ante los cambios que se nos puedan plantear. Piensa en tu propio bien y en el bienestar que te hará encontrarte en una posición u otra.
En resumen, la concentración y la iniciativa es fundamental para iniciar nuestra construcción del ahora presente. Y es que todo lo bueno comienza en uno mismo.
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