Amándome a mi mism@
Cada uno de nosotros tiene la increíble posibilidad de elegir libremente cómo queremos vernos a nosotros mismos, quiénes queremos ser, lo que queremos hacer y cómo queremos estar. Es cuestión de voluntad, de determinación y por supuesto de acción. Hacer uso de estos tres aspectos en positivo, es sinónimo de madurez, libertad y especialmente de autoestima, porque estamos poniendo en valor todo nuestro potencial para ir a por lo que queremos, necesitamos, deseamos.
No es fácil practicar el amor propio hoy día, hacer uso libre y espontáneo de tu voluntad, determinación y hacer lo que en verdad quieres y deseas es bastante complicado, en una sociedad que te condiciona a ser y hacer lo que es bien visto, aprobado o aceptado por los demás. El consumismo, materialismo, el tener, la competitividad, la obsesión por el éxito, el no fallar y hasta la globalización nos imponen unas reglas muy estrictas que nos dan poco margen para maniobrar desde nuestra verdadera esencia. En respuesta a tales imposiciones, nos hemos concentrado en extremo en una posición narcisista, como mecanismo para defendernos de tanta exigencia, tenemos la obligación de responder a todo y a todos de manera casi que perfecta para poder vivir y en mucho casos, sobrevivir y entonces nos vamos al “yo todo lo puedo y tengo que hacer para satisfacer mis demandas”, entrando en un agotamiento físico, mental y emocional que poco amor propio nos permite tener, porque finalmente, solo buscamos la satisfacción de las necesidades de los otros, creyendo que son las nuestras, vaya trampa en la que caemos. No entro en ejemplos porque no terminaría la lista en este post.
Estructurar una buena autoestima para terminar amándome a mí mismo sin caer en narcisismos y hacerlo de manera sana, tiene que ver más con el reconocimiento de mi mism@, que significa, conocer y ser consciente de quién he sido, que soy hoy y qué quiero ser. No puedo amar lo que no conozco, no puedo valorarlo, cuidarlo, gestionarlo. La otra parte importante, para estructurar esa autoestima sana, está en reconocer al otro, pues es el otro quien siendo un espejo, permite que yo pueda verme y reconocerme. Es en mi relación con los otros que puedo hacer conciencia de lo que yo soy. De hecho, el autoconcepto y autoimagen tiene que ver con lo que los otros creen de mí.
Tener una autoestima sana que me permita la práctica del amarme a mi mism@ en este mundo de hoy, requiere ese auto-reconocimiento y para ello ten en cuenta:
- Hacer uso de tu libertad: Tomo decisiones y acciones sin esperar la aprobación y/o aceptación de los otros, el qué dirán. Tomo decisiones y acciones desde el bienestar propio, teniendo en cuenta que mis límites terminan donde inicia el derecho del otro, esto me traerá tranquilidad, calma y calidad de vida.
- Superar el temor a equivocarte: El error, el dolor y el sufrimiento hacen parte de la vida natural. Si tomo decisiones y acciones observando mi objetivo, y me equivoco aprenderé y persistiré hasta alcanzarlo porque ya hacen parte de mi vida.
- Ser responsable de tu vida. No culpo a los otros de mis desaciertos y en mis aciertos reconozco mi trabajo. No asumo papel de víctima, soy consciente de que mis acciones tienen unos resultados que solo me pertenecen a mí y por tanto respondo a ellos, sean aciertos o desaciertos.
- Conocerte (autoconocimiento): Sé cuáles son mis fortalezas y debilidades, no me resisto a estas últimas, las acepto y voy a la acción trabajando para compensarlas cuando se hace necesario. Mis fortalezas las pongo al servicio de mis objetivos de vida. Sano los dolores y sufrimiento de mi pasado para continuar sin carga a cada paso que doy al futuro.
- No busques la perfección, sí la excelencia: Hago lo mejor que puedo hacer, de la mejor manera posible y entrego desde el compromiso lo máximo que puedo.
- Aprender a decir no: Utilizo esta palabra de la manera más natural. Sé y conozco mis límites y los pongo en valor frente a los otros. Digo sí cuando puedo y no, cuando no me es posible.
- Reconozco al otro: Empiezo por confiar, que significa, acción aún sin saber y termino por respetar los límites del otro.
- Tomo dediciones para preservar y conservar mi bienestar: Practica una vida sana desde lo físico, mental y social. Alimentación, deporte, amig@s, ocio. tiempo para nosotros, mucho tiempo para nosotros.
- Tengo un objetivo de vida en cada instante de mi vida: Es mi incentivo, porque tengo claridad de que es bueno y útil para mi vida y los míos, así que será mi estandarte para mantener la ilusión y el empeño.
- Practicar la espiritualidad. No es tema de religión, es buscar trascender del yo a los otros para un bien común. Está comprobado que la gente feliz siente plenitud cuando trasciende, da servicio, amor así mismo y en comunidad.
De un día para otro no alcanzamos estas prácticas que nos ayudan a crear o fortalecer una sana autoestima, basta con iniciar una o dos con voluntad y sentirás el creer en ti mism@. Si tu caso es que no logras hacerlo por ti mism@, existen profesionales que pueden ayudarte, se requiere igualmente la voluntad, determinación y valentía para ir a la acción en la búsqueda de ese profesional. Recuerda, todo lo bueno comienza en uno mism@.
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