Los introvertidos en organizaciones de extrovertidos
El mundo es de los extrovertidos
No había caído en cuenta que vivimos en una sociedad de extrovertidos, no porque la gran mayoría lo sean, sino porque es el ideal de personalidad que se nos ha impuesto y esto debido a que según los entendidos, con estas características aumentarás la probabilidad de “éxito” en lo que te propongas, sea desde lograr un puesto de trabajo, encontrar pareja y hasta ser millonario, sino escuchen a Tony Robbins. Desde comienzos del siglo pasado, venimos sobre valorando aquellas personas que muestran una gran seguridad, que hablan sin temores y abiertamente expresan lo que piensan y sienten, decididas, que muestran determinación y se relacionan con los demás con gran facilidad porque generalmente tienen un carisma arrollador y cuando hablan pareciera que se llevan el mundo por delante. No en vano, el libro de Dale Carnegie “cómo ganar amigos e influir sobre las personas” sigue siendo un best seller desde que lo escribió e ideó su método en 1913.
El perfil más valorado parece ser el extrovertido
Nuestra escala de valores sociales, cada vez más pareciera que priorizara sobre esta característica de personalidad, así es que los sistemas educativos en los países desarrollados o en vía de desarrollo del mundo occidental especialmente, están introduciendo estrategias y métodos para fomentar esta característica de la personalidad. Si vamos al mundo laboral y organizacional, el ideal del empleado es el que participa, habla y maneja unas excelentes habilidades sociales, posee gran inteligencia emocional, es capaz de trabajar en “equipo” y generar sinergias, habla en público y genera un impacto muy positivo cuando se relaciona, sin más, en los procesos de selección se utiliza desde hace más de una década un sistema valorativo, denominado “Assesment center” que consiste en colocar al candidato (de manera simulada) tareas que en su cargo serán críticas y esto con el fin de valorar sus comportamientos y con base en ello predecir la probabilidad de éxito en el puesto de trabajo. Evidentemente, son pruebas que requieren extroversión, porque debes hablar en público, exponer tus argumentos relacionados con las decisiones que has tomado con respecto a las tareas que te han asignado para valorar, frente a un “jurado” o equipo evaluador porque generalmente son varias personas. Está claro que quienes tienen más probabilidad de éxito en este tipo de pruebas son aquellas personas cuyas características son las de extroversión, porque claro, es como poner a nadar un pez en el agua, así que los extrovertidos ya van en ventaja, la mayoría de las veces.
No es mi intención entrar en divergencias éticas o morales con respecto a la estigmatización que incluso yo he llegado a hacer con las personas introvertidas, sobre todo en mis años como responsable de reclutamiento y selección, siempre esperaba el candidato ideal más extrovertido que introvertido y hoy comprendo el motivo que nos llevaba a inclinarnos más por aquellos que puntuaban en el 16PF (Prueba de personalidad usada en selección de personal) más alto en extroversión, así como en la entrevista personal. Las organizaciones quieren personas que puedan lograr altos niveles de productividad y que optimicen lo que hacen y nos basábamos en el paradigma de que los extrovertidos son más productivos, dan mejores resultados porque en realidad es lo que el mundo pedía y sigue pidiendo y en aquella época los jefes y visto lo visto, aún sigue siendo así, en la mayoría de los casos.
¿Los introvertidos no tienen probabilidad de éxito en el mundo laboral?
Esta pregunta me ha llevado a investigar un poco en el tema y me he interesado en él, porque en la experiencia profesional trabajando en formación y desarrollo de personas, me he encontrado con profesionales introvertidos y además muy tímidos, que frente a procesos de selección o frente al desafío de ir por un mejor futuro en su vida profesional y laboral entran en la angustia, el estrés y hasta la depresión, sintiendo que no podrán lograrlo. Tengo clientes que me pagan por aprender a ser “extrovertidos” con tal de lograr un cargo directivo o sencillamente un puesto de trabajo y no es el hecho de querer lograr el cargo, sino el cómo perciben esta situación, es como “tener que dejar de ser ellos, para crear casi que a otra persona con otras característica personales” lo cual no es cierto desde mi punto de vista profesional. Un cliente me decía que en su nuevo puesto de Gerente cada vez que tiene una reunión con toda la directiva siente un temor profundo cuando va hablar porque cree que todo lo que dirá será “ridículo o de poco aporte” y hasta esconde su coche cuando va a reuniones porque no es un mercedes como el de la mayoría y hablando conmigo en las sesiones que tenemos, no deja nunca de mover su pierna compulsivamente cuando tiene que enfrentar hablar de sí mismo y de sus situaciones laborales, así es el nivel de tensión que le produce esta situación. O la profesional que le han ofertado un ascenso para ser responsable de un área con personas a cargo y aún está pensándolo porque no sabe si podrá “dar la talla”, no se siente con las habilidades sociales necesarias.
Mi respuesta a la pregunta de arriba si los introvertidos tienen la probabilidad de éxito, es un contundente sí y no es necesario dejar de ser ell@s para lograrlo. Leyendo un libro apasionante al respecto el cual os recomiendo “El poder de los introvertidos” de Susan Cain me ha dejado con la tranquilidad de lo que yo consideraba la motivación poderosa para desarrollar habilidades que no forman parte de nuestra esencia de ser y que hacen que tengamos que cambiar o variar aspectos de nuestra personalidad, lo cual en realidad hacemos todos, pues todos tenemos de introvertidos o extrovertidos u otras muchas características que en un momento dado nos limitan para lograr lo que tanto anhelamos o deseamos.
El rasgo libre, para salirnos del guión de nuestra personalidad e ir por «proyectos personales».
Así que siempre que quieras o desees algo en tú vida porque lo consideras verdaderamente importante para ti, por una razón que llena tu alma y que consideras que allí encontrarás tu felicidad y realización desde tu ser, será la más poderoso razón para actuar como extrovertido siendo en esencia introvertido, sólo así será condición válida para realizarlo sin el sufrimiento, la amargura o la sensación de angustia y hasta pena que pueden sentir los introvertidos. En el caso de mi cliente arriba mencionado, cuando encontró la razón o el para qué quería ir por un cargo más alto, ha bajado significativamente sus niveles de ansiedad, angustia y complejo de inferioridad, tanto que en el plan de desarrollo de habilidades complacidamente aceptó ir a clases de teatro.
Este argumento se basa en la teoría psicológica del rasgo libre de Brian Little, donde explica que tenemos unas cualidades fijas y otras variables en nuestra personalidad, y así aunque poseamos unos atributos concretos innatos o adquiridos – como por ejemplo la introversión-, nos es dado salirnos del guión al servicio de “proyectos personales fundamentales”(Tomado del libro de Susan Cain). Está claro entonces, que un introvertido tiene el poder de lograr lo que se proponga en un mundo de extrovertidos, en una organización de extravertidos, basta con encontrar una poderosa razón que no está en el intelecto sino en el corazón, para flexibilizar su características personales y comportarse como un extrovertido cuando la situación lo exige. Todo comienza en uno mism@.
Foto: Pixabay
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