¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Claudia Sogamoso - 13 05 16

Harías realidad lo que por años, meses, días, horas has dejado de hacer porque no te has sentido capaz, como por ejemplo decirle a tus seres queridos que les amas o a tu pareja, a tu madre; Le dirías a tu jefe lo que le odias o todo lo que has pensado cuando te arruina tus proyectos, tu trabajo o te pone en ridículo o por el contrario, agradecerle cuando por su apoyo, liderazgo u orientación has logrado las metas. Dirías especialmente a las personas aquellas cosas que te han quedado en el tintero, sean positivas o menos positivas. Harías aquellas cosas que por miedo al ridículo jamás has hecho, como hablar ante un auditorio, bailar en la discoteca como si nadie te viera, jugar con tus hijos como si fueras un niño. O mejor aún, tirar todo e irte lejos tal vez al Tibet o la India para cambiar tu vida y dedicarte al espíritu o sin ir tan lejos. Renunciar a tu trabajo ese que te mantiene desquiciado y saltar al vacío e ir a por tu sueño de hacer tu propio negocio.

¿Qué hace el miedo en nuestra vida? En principio ser un mecanismo de defensa, valga la redundancia, que nos defiende de los “peligros” o situaciones que amenazan nuestra integridad, física, psicológica, emocional, social o incluso espiritual (sin tocar temas religiosos). Cuando vas por una calle solitaria, oscura y te topas de frente con personas que tienen mal aspecto por su apariencia, inmediatamente se activa tu miedo y con ello toda la respuesta psico-biológica, pensamientos negativos “puede pasarme algo malo”, te pones tenso, sudas, las manos se ponen frías y tu respiración se acelera, se hace menos profunda y las palpitaciones de tu corazón aumentan significativamente, entre otras. Todas estas reacciones juntas hacen que estés alerta ante cualquier movimiento de las personas que deambulan con mala apariencia, no obstante, es posible que sean buenas personas, sin embargo tú por experiencia pasadas ya no te fías. El miedo es una defensa sana del organismo, necesitamos de él para mantener nuestra integridad en cualquiera de los aspectos antes mencionados, sin embargo, hemos de aprender a identificar cuándo éste deja de ser un miedo que nos protege y pasa a ser un miedo que bloquea y limita nuestra vida, nuestro desarrollo y la realización de nuestros logros vitales.

¿Cómo podemos identificar el miedo bloqueador de vidas? La tarea no es sencilla, requiere de un proceso de autoconocimiento que te permita y facilite identificar tus insatisfacciones y frustraciones vitales, que se manifiestan en tu día a día o incluso en los aspectos importantes de tu vida como no poder hablar en público cuando eres una director comercial o el gerente de una gran empresa y comienzas a sentir que por ello pierdes posicionamiento en tu entorno laboral y/o profesional. Se requiere aprender a conocer frente a qué situaciones de tu vida no te sientes capaz y por ende no lo haces.

Ahora, lo prioritario no es identificar la situación frente a la cual sientes miedo, lo más importante es, ¿Qué hacer con el miedo, con esa sensación o pensamiento que te paraliza y no te permite decir o hacer lo que en realidad sabes que debes hacer o decir? Vencer ese obstáculo interno es la situación central, siempre es mejor vencer los obstáculos externos que los internos, éstos últimos son realmente el enemigo a vencer y la respuesta es: Jamás podrás vencer ese obstáculo interno (pensamiento o sensación) sino lo intentas, es ganarte la partida a ti mismo, porque nosotros mismos somos los que nos ponemos la zancadilla, somos hipócritas en la relación con nosotros, justificamos el no hacer lo que hay que hacer lo cual es intentarlo, porque somos cobardes, no queremos ser juzgados, no queremos equivocarnos y fracasar, o no estar a la altura y lo peor, no queremos decepcionar a los demás aun cuando nos cueste decepcionarnos a nosotros mismos. Luis Muiño psicólogo que ha estudiado sobre el miedo, comenta que uno de los mayores miedos es no satisfacer a los demás y ese es uno de los miedo de este siglo XXI. Estamos tan solitarios en nuestro mundo interior, que buscamos a como dé lugar la aceptación y el reconocimiento de los demás así cueste nuestra infelicidad y frustración.

Los valores son herramientas poderosas que nos sostienen creencias positivas que hacen que actuemos con coherencia para hacer lo que tenemos que hacer. El coraje, la valentía es uno de esos valores que en contraposición a el miedo nos ayudan a lograr lo que necesitamos y queremos. Para llenarte de coraje y valentía, ten en cuenta estos pasos:

  1. Conocimiento: Identifica las situaciones a las que no quieres hacerle frente, no busques una razón, sencillamente identifícalas, por ejemplo, la situación con tu jefe que te tiene agotado mentalmente, existe una competencia mal sana frente a lo cual no eres capaz de comunicar lo que piensas y sientes.
  2. Autoconocimiento: identifica cuáles son tus reacciones y comportamientos frente a la situación que quieres evitar, evadir, no enfrentar, por ejemplo, hacer silencio aun cuando quieres expresar algo.
  3. Imaginación: Ahora imagina la situación ideal donde expresas o haces las cosas que te has guardado por mucho tiempo, imagina lo que puedes sentir y obtener ejecutando lo que quieres y necesitas satisfacer.
  4. Entrenamiento mental: Entrena tu mente recreando permanentemente la imagen de tu situación ideal, eso es, todos los días imaginándolo. Imaginando que frente a la situación haces o dices lo que quieres o necesitas hacer o decir, es decir ejerces autocontrol sobre tus reacciones, esas que se dan cuando estás frente a la situación. Aquí es importante aplicar el factor wallenda, que se refiere a no pensar en el lado negativo de la cuestión, sólo es ver, sentir como una realidad aquello que quiere alcanzar.
  5. Acción: Hazlo iniciando con un pequeño intento a lo que yo le llamo pequeño pasito, por ejemplo decirle a tu jefe algo que no te agrada de alguna situación que implica a los dos, ese es el mayor coraje, lo cual no es ausencia de miedo sino el triunfo sobre él, hacerlo aun sintiendo el miedo.
  6. Valentía: vuelve a ejecutar la pequeña acción una y otra vez con personas cercanas, de tu confianza tal vez es un valor esto, la persistencia, sin embargo yo le llamo valentía.
  7. Olvídate del fracaso y el debería, lo he dejado de último porque en todo el proceso no debes pensar en el fracaso, eso lo haces antes como probabilidad de que puede existir, sin embargo piensa que fracasar es otra manera de hacer las cosas y nada de lo que hagas o digas va a cambiar la gravedad de la tierra o va a generar el peor de los cataclismos. Las personas exitosas no pronuncian ni la palabra fracaso, hablar de error, fallo, otra manera de hacer las cosas, pero no utilizan la palabra porque para ellos fracasar es dejar de intentarlo y ellos no lo hacen.
  8. Busca ayuda. Si no puedes tu solo trabajar los siete puntos te sugiero hacerlo con un experto.

Los seres humanos transitamos por los dos polos, amor Vs odio, rabia Vs tranquilidad, envidia Vs generosidad, odio Vs valentía, es parte de nuestra naturaleza humana, lo esencial es que no vivamos para siempre en uno de los dos, para este caso ni en el miedo ni en la valentía ambos en realidad comienzan en uno mismo, porque todo lo bueno o no tan bueno comienza en uno mismo.

 

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