5 características que nos permiten superar la adversidad

Claudia Sogamoso - 20 07 16

Creo firmemente que una de las razones del sufrimiento humano hoy en día tiene que ver con la imposición social relacionada con las frases,  “hay que ser exitosos, no podemos ni debemos fracasar, no hay derecho a ello”. Son frases que no aparecen en la prensa todos los días aparentemente, pero a cada paso que damos y en cada lugar que transitamos está insertada de manera subliminal y eso quiere decir, que aun cuando no percibimos concientemente ese mensaje, sí está,  y nuestro cerebro a través de los sentidos lo capta y lo guarda, aunque no nos demos cuenta. Cuando te topas con mensajes de tu jefe que te pide resultados sin errores, cuando se espera y se te pide que seas la mejor madre, el mejor profesional, la mejor persona, el mejor empleado, el mejor hijo, que despliegues tu talento, todo sin errores,  cuando ves y lees las redes sociales, estamos recibiendo ese mensaje y lo peor, nuestro cerebro que lo ha guardado se automatiza y nos pone todo el tiempo en la búsqueda de alcanzar esos altos estándares. Sin darnos cuenta, nos dejamos sumergir en ellos y en muchas ocasiones entramos en un callejón sin salida compitiendo incluso con nosotros mismos con tal de lograr reconocimiento, aceptación y dinero y desde allí es poco sano porque la autoexigencia y perfección tocan a nuestra puerta.

No lograr lo que la sociedad nos exige, nos supone un fracaso que puede terminar expresándose en forma de sufrimiento y hasta depresión, no es casualidad que las estadísticas de depresión por estrés aumentan cada día.

Estas situaciones al parecer, nos exponen con frecuencia a niveles altos de autoexigencia, perfección que nos llevan a unos estándares de vida que sobrepasan en muchas ocasiones nuestra capacidad y nos ponen a correr el riesgo de toparnos con situaciones muy adversas y eso quiere decir, situaciones que están muy distantes de lo que nosotros esperamos, queremos, necesitamos y nos mantienen bajo una gran tensión, física, emocional, psicológica que hace que entramos en un proceso al que le llamo, el «bucle del sufrimiento», haces y haces porque intentas salir, resolver y no logras salir del mismo sitio, no avanzamos, no conseguimos lo que nos proponemos y entramos en constantes pensamientos y sentimientos de dolor durante mucho tiempo, cayendo además en la rueda del Hámster. Es importante aquí, diferenciar  entre dolor y sufrimiento, el primero es de corta duración y se da frente a acontecimientos puntuales de pérdida o daño psicológico y emocional, el segundo, es de larga duración, continuo, y es el resultado de un conjunto de pensamientos y emociones negativas que alimentan un malestar constante y por supuesto duele.

Cuando dices o piensas ya no puedo, ni aguanto más es muy probable que estás ante un sufrimiento. Por ejemplo, buscas empleo y nada que lo consigues, buscas estabilidad y tranquilidad en pareja y no encuentras la manera porque haces y parece que todo lo haces mal, vives en constante conflicto, trabajas y trabajas y no llegas ni a fin de mes, un mes y otro mes es lo mismo,  una vida de angustia, dolor, tristeza constante, intentas ser buen padre y a la postre tus hijos no son los que tú quieres o esperas, te esfuerzas tanto, entrando en un agotamiento físico, mental y emocional que te desbasta sintiendo finalmente un gran vacío que parece no terminar y entonces sigues ejecutando las mismas acciones, con las mismas creencias y nada cambia, parece que todo alrededor se torna gris, sin emoción, satisfacción, entras como en un callejón sin salida y te das cuenta que estás ante una crisis, gran problema y representa para ti la total adversidad, llegados a este punto es necesario hacer un pare y ser capaz de observar nuestra propia vida para decidir si queremos o no continuar con la manera en que vivimos. A través de mi vida y esto lo digo por experiencia, verifico que iniciar un cambio para abandonar una situación de sufrimiento y superar la adversidad, requiere:

  1. La conciencia plena de que tal vivencia nos hace daño, nos incomoda y no nos hace feliz , por tanto, no nos merecemos estar en esa situación, no es lo que queremos para nosotros.
  2. La conciencia plena de que cada uno de nosotros somos los únicos que podemos hacer por nosotros mismos, nadie lo va a hacer por nosotros y con base en ello, de manera determinada (irrenunciable) necesitamos buscar y poner los medios para cambiar la situación.
  3. Buscar y encontrar los medios debe convertirse en un objetivo al que hay que aferrarse de manera muy firme. En mi caso, todos los días abría mis ojos y pensaba en ese objetivo insistentemente y algo hacía ese día en pos de eso que quería lograr, hasta conseguirlo.

A pesar de tener conciencia plena de todo esto, ¿Qué nos permite ser capaces de sostenernos en medio de la adversidad para ir por nuestro objetivo de cambiar tal situación?

No existe una fórmula mágica, son múltiples los factores que intervienen desde lo genético hasta el aprendizaje, sin embargo, necesitamos dar paso a nuestra capacidad de supervivencia y esa es innata, natural, la poseemos todos los seres que vivimos sobre este planeta y es necesario identificarla, escucharla, confiar en ella, no obstante, nuestras neurosis, nuestros miedos, no nos dejan verla y sobre todo sacarla para afrontar la dificultad, a veces renunciamos a nuestro equipo de sobrevivencia y por el contrario aprendemos a vivir con el dolor y el sufrimiento y parece absurdo, pero preferimos vivir así, lo cual es absolutamente neurótico. Hacer uso del equipo de sobrevivencia es poner al ruedo nuestras características psicológicas y emocionales que ya vienen con nosotros, esa que nos alerta ante la amenaza y al mismo tiempo nos prepara para la resistencia y la huida final. Esos recursos psicológicos y emocionales necesitamos desarrollarlos y una buena manera, es ser consciente que los poseemos así que es entrenarlos en cada realidad que vivimos e incluso desde pequeños, entre otras es responsabilidad de un buen padre o madre, y siendo adultos, si por algún motivo no podemos desplegarlos, entonces necesitamos pedir ayuda, para que en este caso profesionales u otros nos ayuden a desarrollarlos. Hacen parte de nuestro equipo de sobrevivencia características como:

  1. Resiliencia, es la más importante desde mi punto de vista. Ser resiliente, no tiene que ver con la capacidad para “aguantar” o “soportar” situaciones difíciles en la vida sin término. En realidad el concepto se aplica expresamente, a la capacidad para «superar» situaciones difíciles, adversas, que nos causan dolor y sufrimiento, utilizando tus recursos y eso es las fortalezas que posees. El término “superar” significa salir de esas situaciones, avanzar, cambiando esa vida de sufrimiento por una vida de satisfacción y eso implica, hacer lo que hay que hacer y hacerlo de diferente manera, lo cual es complicado porque significa renuncia, perder lo que ya tenías o sabías, para adquirir otra forma de hacer e incluso ser y así lograr ese cambio y condición diferente, y todo ello es un proceso que lleva tiempo.
  2. Fortaleza, es la capacidad de afrontar las situaciones más complejas de nuestra vida y aún así mantener nuestros pensamientos positivos y enfocados, mantenernos sin desmoronarnos frente a la adversidad, tener la capacidad de sufrir sin aniquilarte, para lo cual necesitamos tener muy claro los motivos que nos mueven o nos llevan a la acción, porque de ellos depende la energía mental y emocional que nos permitirá mantenernos de pié, para luego sí hacer lo necesario para cambiar la situación, es decir ser resiliente. En mis situaciones dolorosas por supuesto que sufría, pero no me dejaba caer, me levantaba todos los días, había construido motivos muy pero muy poderosos, los cuales unos eran sanos y otros no tanto, sin embargo me permitieron salir de allí.
  3. Temple, se refiere a la serenidad que se requiere para enfrentar la adversidad o el sufrimiento, es imprescindible aprender a mantener la serenidad en los momentos más difíciles, de lo contrario literalmente, tu amígdala (control de emociones en el cerebro) te hará su consabido secuestro emocional, es decir, las emociones te dominarán y no podrás poner lógica y sensatez a la situación, actuarás bajo la pasión, el instinto y es poco probable que puedas ser asertivo y tomar decisiones eficaces bajo los efectos de un secuestro emocional.
  4. Valentía, Es la fuerza de voluntad que se necesita para ir a la acción, a pesar de sentir miedo, incertidumbre e inseguridad, es hacer lo necesario para alcanzar lo que se quiere y/o necesita.
  5. Capacidad de aprendizaje, en este caso para aprender a vivir cada vez más sin los deberías sociales o incluso personales que se nos imponen o nos imponemos, como obligación. La oportunidad está en vivir día a día más en el “yo soy” y no en el “yo debería ser” o peor aún, “yo debería tener”. El yo soy nos permite acercarnos más a nuestra humanidad, es decir a nuestra debilidad, esa que nos deja ver que cometemos errores con frecuencia, que estamos expuestos al sufrimiento, al dolor a la pérdida y que también como parte de ser humano somos capaces de ser fuertes, resilientes, valientes con temple para superar el obstáculo, sufrimiento o dolor.

El éxito no está en siempre alcanzar el objetivo con cero errores o ser el mejor, el éxito radica más, en superar las dificultades, manteniendo una dirección que en verdad tenga sentido para nuestra vida y para lo que significa para nosotros felicidad y eso sólo depende de nosotros y de nadie más.

No siempre todos vamos a poder poner a punto estas características unas las desarrollamos otras no, sin embargo, aquí lo importante es identificar cuáles son las que puedes utilizar de mejor manera para superar la difícil situación que atraviesas, todos crecemos y avanzamos con base en nuestras fortalezas no sobre nuestras debilidades y también en ocasiones ciertas características pueden ser debilidades ante ciertas situaciones y en otras ser grandes fortalezas, de ahí que no somos los mismos o las mismas personas frente a todas las situaciones de la vida. 

¿Tienes a punto tu equipaje de sobrevivencia? ¿Te has dado cuenta lo valiente, resiliente, la fortaleza, capacidad de aprendizaje y temple que posees o no sabes cómo utilizarlos? ¿Puedes identificar cuáles son tus fortalezas para superar la adversidad?

 

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